¿Y ahora qué?
Esto que estamos viviendo hoy día, ya lo vivió la Humanidad en el siglo XIV, aparte de las guerras y la hambruna, enfermedades como la peste negra, hicieron que colapsaran los sistemas económicos y muriera la tercera parte de Europa, eso nos legó una nueva visión de la muerte y de nuestras creencias.
Da miedo sin ninguna duda, porque más allá de las consecuencias de un virus, a veces cobra más víctimas el egoismo, la histeria y la escasés causada por las dos anteriores. Hemos visto infinidad de series en Netflix que cuentan historias similares a la que hoy estamos viviendo, desde zombis hasta gente consciente actuando como zombis. Se rompen absolútamente todas las cadenas económicas de cualquier país y todo se paraliza, entonces todos esperamos que esto pase y sobrevivir, pero ojalá sobrevivamos con nuevos valores, respetando la vida, el planeta y al que tienes a la par, dentro y fuera de tu casa. Todos somos absolútamente útiles, el jardinero, la niñera, la cocinera, el piloto, el vigilante, el agricultor y el profesional.
Sin temor a equivocarme, hay profesiones y oficios que son imprescindibles en cualquier momento de la historia, los médicos y la investigación científica, son de quienes termina dependiendo la vida, pero también hay de quienes depende el ánimo, la fe y la actitud. Ahí nos incluimos nosotros, los que comunicamos y los que entendemos como motivar a la gente.
¿Qué pasará ahora?
¿Volverá a ser como antes? No creo, volveremos sí, pero cambiados, con otra mentalidad, apreciando las cosas que antes ya no veíamos porque se habían vuelto parte del paisaje o simplemente las relegamos. Decíamos que no teníamos tiempo, ahora nos quejamos de todo el tiempo que tenemos para nosotros, para nuestras familia y para todo aquello que dejamos de hacer por el trabajo.
Estamos aprendiendo responsabilidad porque ahora que nos toca trabajar desde casa, nadie nos está contando las costillas y cuando nos reunimos, si no nos hemos bañado o quitado la pijama, simplemente cerramos la cámara, pero lo que no podemos evitar, es que el Proyecto se deba entregar a tiempo, así que levantarse o bañarse no es lo importante, es entregar el trabajo a tiempo.
Por otro lado es ahora que debemos mostrar nuestros valores, esos que nos hacen humanos y que permiten aún tener esperanza en la humanidad. Si alguien trabaja para ti, págale su trabajo, no confundas solidaridad con ingratitud, porque los demás tienen tantas necesidades como tú y acá no se trata de sacrificar a nadie por ti.
Que Dios nos bendiga a todos y que cuando la tormenta pase, volvamos a ser todo eso que olvidamos o lo que ahora valoramos y antes dimos por sentado.
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